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Confirmado: el mundo es de los 'spoilers' y nosotros solo vivimos en él

Un estudio sostiene que la mayoría de los espectadores ya se ha acostumbrado a que le 'revienten' las tramas y películas

Mónica Luengo Montero
cordon press

Hasta los que no se someten a las deprimentes y sangrientas tramas de Juego de tronos han oído alguna vez el concepto Boda Roja como sinónimo de escabechina despiadada. Así de popular es este giro en la trama de la serie, que se emitió en mayo de 2013 y que acabó con el conflicto principal desarrollado a lo largo de tres años y diez capitulos, de la forma más repentina y frustrante posible. Esta popularidad es parte recuerdo del shock que causó en su día (fue trending topic en Twitter hasta dos días después) y parte porque encarna a la perfección el doble filo de los spoilers, esas revelaciones de lo que va a pasar en una serie, libro o película antes de que el receptor lo vea por sí mismo. Para muchos, el suspense, el imaginar qué puede pasar a continuación y la consiguiente sorpresa es lo más importante de ver la serie. Estar siempre donde el autor quiere que estemos. Pero Juego de tronos está basada en una serie de libros publicada hace años y todos sus lectores sabían que la Boda Roja iba a ser una bomba entre quienes solo seguían la adaptación televisiva. Para ellos, como para un número cada vez mayor de gente que ha asumido que vivimos en la sociedad del spoiler, la anticipación, el saber más que los personajes, es el placer definitivo. No es estar donde el autor quiere que estemos, es estar donde está el autor. Ser cómplice con él.

Desde que Internet aceleró la diseminación de información a la enésima potencia –e hizo que cada uno viera las series cuando le diera la gana en lugar de sentarse ante el televisor–, el término spoiler se ha convertido en un habitual del vocabulario de los espectadores. Y ahora, una encuesta de la plataforma audiovisual Netflix ha desvelado, que el 94% del público de una película o una serie en Estados Unidos seguiría viéndola aunque les destripasen un punto fundamental de la trama. (Que Netflix sea una creadora y distribuidora de series que no se emiten por televisión y por tanto la encarnación viva de la sociedad del spoiler puede haber influido más o menos en el estudio.)

De los 2.000 participantes, el 76% aceptó que para ellos los spoilers ya forman parte de la vida y un 13% incluso afirmó que pueden hacer que se interesen por una serie que no han visto. La encuesta también concluye que los hombres son más propensos a irse de la lengua, un 42% de bocazas frente al 26% de las mujeres

El caso es que de los 2.000 participantes, el 76% aceptó que para ellos los spoilers ya forman parte de la vida y un 13% incluso afirmó que pueden hacer que se interesen por una serie que no han visto. La encuesta también concluye que los hombres son más propensos a irse de la lengua, un 42% de bocazas frente al 26% de las mujeres. Habría que ver con qué resignación se toman este asunto los ciudadanos de otros países, aunque, ya en el año 2011, la universidad californiana de San Diego concluyó en un estudio literario que, aquellos que se habían leído los relatos que les ofrecieron los investigadores sabiendo lo que iba a pasar, habían disfrutado más de ellos.

El estudio de Netflix no es inocente. La empesa acaba de sacar una página web con la que parecen confirmar su lucha porque los spoilers dejen de ser un drama. En el apartado spoil yourself de la página podrás destriparte, sin piedad y bajo tu propia responsabilidad, tantas series y películas como te plazca. Desde el desenlace de Breaking bad al final de la segunda temporada de Orange is the new black.

En la misma web aparece una clasificación de los distintos tipos de destripa-argumentos a los que se tendrá que enfrentar un purista a lo largo de su vida. Está el que te cuenta sin ninguna vergüenza lo que va a pasar en tu serie preferida, al que se le escapa porque no puede resistirse a hablar del tema o el que lo suelta sin maldad. También hay, según Netflix, quien es más malicioso y solo te da pistas para que caigas tu solito o el que solo quiere que sufras sabiendo que él sabe lo que pasa y te lo puede contar en cualquier momento.

Y es que las posibles fuentes de spoilers son infinitas: las redes sociales en particular e Internet en general; cualquier persona que conozcas que haya visto la película o serie; a veces incluso las cadenas son demasiado generosas a la hora de revelar que sucederá en la siguiente temporada. Teniendo en cuenta el panorama, aceptar con resignación la existencia de los spoilers parece una buena opción para vivir más tranquilo.

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Sobre la firma

Mónica Luengo Montero
Redactora de la sección de última hora. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el periódico. Antes trabajó en las revistas El País Semanal, ICON y Buenavida. También fue redactora en La Gaceta de Salamanca. Estudió periodismo en la Universidad Pontificia de Salamanca y Sciences Po, más tarde cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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